La dificultad para encontrar un lugar para aparcar es una realidad en muchas zonas de la geografía española, y Salamanca es una de ellas. En concreto, los vecinos del barrio del Oeste sufren día a día esta escasez de plazas y la única manera de arreglar este problema es construir nuevos puestos de parking.
Se trata de una situación que viene de muchos años atrás en los que no se supo prever el auge que tendría el automóvil a la hora de construir edificios. Con el espectacular crecimiento de la población entre los años 60 y 80 comenzó también el boom de venta de vehículos en España, un fenómeno que se consolidaría a partir de los años 80. Sin embargo, las construcciones de edificios durante esa época no tomaron en cuenta al vehículo y el resultado son edificaciones de 6-8 plantas que no disponen de plazas de garaje en su estructura.
Nuevas plazas de garaje, mayor dinamismo en la zona
Hoy en día hay muchas zonas de Salamanca es las que es prácticamente imposible poder aparcar, ya no solo para los visitantes sino incluso también para los residentes. La ciudad necesita aumentar su oferta de puestos de estacionamiento para poder dar abasto al parque móvil actual de las familias y vecinos, pero también para suplir la demanda de los comercios.
Y es que contar con facilidades de aparcamientos facilita también la movilidad en coche y dinamiza la zona. Algo muy necesario, especialmente en el barrio del Oeste, en donde las calles se han convertido en una especie de parking urbano las 24 horas del día.
Las nuevas plazas de aparcamiento son una necesidad para poder descongestionar el barrio y aliviar a sus vecinos de las interminables esperas para encontrar un sitio donde poder estacionar su coche. El nuevo edificio que la promotora CPASA plantea para la restitución tipológica del actual caserón en ruinas ubicado en la Avenida Italia, 36, tiene proyectado plazas de aparcamiento que ayudarán a paliar este déficit.
Contar con este nuevo edificio que albergue puestos de estacionamiento en su interior se traducirá en beneficios para los propios vecinos de esas viviendas, así como para el resto de personas que hacen vida en la zona. Con la nueva estructura, el barrio volverá a gozar del dinamismo que se le espera y se dará respuesta a una de las demandas históricas de sus residentes.